martes, 6 de octubre de 2015

El último encuentro

Sándor Márai

                                          Venganza sin espadas

                                                                                                         Aurora Ruiz Vásquez

El último encuentro es la primera novela que he leído de Sándor Márai y me ha fascinado, él fue un experto narrador y poeta  de origen húngaro cuya vasta obra fue traducida a cientos de idiomas; él hablaba  alemán, inglés, húngaro… sin embargo, sus obras  aparecen escritas en español. Nació en Kassa Hungría en 1900. Se quitó la vida en Estados Unidos, en 1989 pocos meses antes de la caída del muro de Berlín.
Sandor Márai  en una prosa de estilo realista, con lenguaje claro y preciso  de tintes poéticos, narra la historia de dos amigos en un ambiente ancestral.  En un castillo de caza en medio de un bosque espeso vivía el general, allí había nacido y vivido de sus recuerdos. En su juventud tuvo un amigo íntimo inseparable que ha pasado mucho tiempo en Extremo Oriente y él sigue en su señorial propiedad. Han pasado cuarenta y un años sin verse; existe un abismo entre ellos que los separa. Después de todos esos años, van a reunirse en una cita solemne, un duelo sin armas, para decirse lo que no  se han dicho, la verdad.
El general ha querido reconstruir el ambiente anterior donde tanto habían disfrutado en su niñez y juventud. Ahora los recuerdos los atormenta; aquella mujer inolvidable, esposa del general, que está presente en sus vidas solitarias  aún después de muerta.  El general y el coronel convivieron con ella como si  se tratara de una familia; existe la posibilidad  de una aventura traicionando la confianza del general. Se prepara el gran salón de la mansión donde antes Chopan la llenaba dando un toque de elegancia, poder y señorío en aquella época ancestral. La misma sala, los mismos cuadros, la misma vajilla, la misma nana de noventa años. Aparentemente todo está ahí, pero no es así, con los años hay cambios, muchos han muerto.
Llega el coronel, el invitado. Por saludo, una caravana. Se sientan en las cabeceras de la larga mesa, como se acostumbraba. La luz es mortecina y proliferan las sombras como fantasmas. Los personajes permanecen cayados, cenan sin hablar,  solo se cruzan miradas, toman vinos de lo mejor en abundancia. Terminan y pasan a tomar el café al salón de música, donde se encuentra el piano de cola donde tantas noches tocaron la mujer y el coronel, se sientan en cómodos sillones y el general empieza a hablar a media voz aunque están solos, Te esperaba, dice, he esperado cuarenta y un años, sabía que volverías. A partir de entonces se desata un monólogo pues el coronel casi no interviene, sólo asiente o niega con la cabeza.
En forma emotiva y con gran sensibilidad, empieza a hablar del valor de la amistad
 del amor, del amor entre un hombre y una mujer, pensamientos profundos sobre la pobreza, la venganza, la vanidad, rememorando los años juveniles juntos. Escenas que invitan a flexionar;  se habla modulando la voz, a veces casi en secreto y otras con voz de militar. Abunda el lenguaje interior. Da gusto escuchar el lenguaje que emplea el general para expresar su sentimiento y resentimiento al haber sido traicionado por su mejor amigo. Le habla de su huida como un criminal.
 Esta es mi venganza, le dice, te hago una sola, pregunta, contéstala con la honestidad de un hombre y un militar. ¿ Mi mujer fue tu amante?
       Ahora son viejos y no les queda más que esperar la muerte. Se despiden al alba sin palabras, solo con un apretón de manos, y nosotros los lectores, quedamos con el deseo de escuchar nuevamente, la maestría con que escribe Sándor Márai.

Entre otras de sus obras tenemos:

Diarios 1984-1989
La herencia de Eszter.
El divorcio de Buda.
Confesiones de un burgués
La mujer justa
La hermana…


Márai, Sándor 2014 El último encuentro  Madrid, Salamandra



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