lunes, 9 de febrero de 2015

NADA HE PODIDO HACER, PARA SALVARME DE UN DÍA DE LLUVIA.

Jaime Pasquel Brash

Tú, muchacha  hermosa, solitaria,

eres llena de luz, como si la bebieras

al tiento de sorbos de luz celestial,

pretendo describirte en un día-tarde de lluvia,

humedades en torno mío, me saludan,

sueños-realidades de que eres lo exacto,

lo que mi ser pedía,

encuentro en ti, que has sido lo que deseaba,

las aguas de esta lluvia ligera pertinaz,

el helado sentir del aire, las humedades,

todos, en estas fuentes, las conversaciones,

los paseos, siempre estarán dentro nuestro,

porque la alegría se encuentra unida al reflejo

del olor perfumado de una flor o, al sentir ilusionado

de una palabra cargada de ternura, jubilosa de amor.

Estas aguas, son las mismas que un día humedecieron

mis poemas escritos para ti, también en otra mañana


de este cielo mojado de alegrías y bendiciones celestiales.

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