viernes, 17 de octubre de 2014

He allí la vida


Juan Francisco Gaspar Velazco
Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica.
 Salvador Allende
 
 





Cuando imaginamos   un mundo mejor, en un planeta limpio y verde,  en una sociedad con armonía, solidaria y amable; el pensar en estos proyectos  inherentemente  es aludir a la juventud, sin esta parte necesaria en toda sociedad no es posible  ningún futuro, es la juventud  la responsable según Ortega y Gasset de sacudir   avejentadas  formas de entender el mundo, es la juventud, según él quien ha   de emanciparse de antiguos usos y poner en práctica  novedosas ideas que permitan  el progreso de la humanidad.
Es en la juventud  donde se  encuentra  la energía suficiente para la rebeldía, para la inconformidad, es en esta etapa   donde se encuentra el vigor suficiente   para enunciar con voz potente    lo que ya no se quiere y también para denunciar aquella formas  que tienen  a los hombres  con la mirada baja  y resignados  a un sistema   que dicta  que las cosas ya son y no serán de otra manera. La juventud por el contrario se resiste, es la antítesis  de esa alma estática y por lo tanto ha de luchar   con todas sus fuerzas  para renovar  el espíritu joven que algún  día  originó al mundo.
En nuestra sociedad yace un espíritu senil, pero además de esto  es reaccionario, se ha dedicado   al desprestigio de la juventud, ha querido enajenar al joven, ha introducido en el joven distintas formas de distracción.  Por mucho tiempo lo tuvo enfrente de un televisor y le presentó programas de distinta índole,  los atrapó en el artificio  del confort,  inventó para la juventud  distintos instrumentos tecnológicos  con el propósito  de apartarlos del mundo, para que no se percataran de la destrucción  de otros seres.
  Ese espíritu viejo creó definiciones para el joven, se le dijo inmaduro, adolescente, se le deslindo de cualquier responsabilidad, el joven según la lógica de este espíritu  debería de ser un hombre egoísta  que se preocupara de sus propios placeres sin importar el daño que causaran; se creó para el joven la idea   de que él debería trabajar solo para el futuro, el cual ya se encontraba terminado  y entonces el joven  solo se  dirigiría  a su encuentro.
A la juventud se le colocó un parámetro de edad, las cuales oscilaban entre la niñez y el instante en el que una persona entraba a trabajar.  Al insertarse   al campo productivo  el joven perdía su carácter de juventud  y había entrado al ámbito de lo adulto, con esto se asentó el presupuesto  de que el joven era  un individuo sin responsabilidad ni labor útil, por lo tanto en la escuela solo se le debía entretener, sus docentes deberían enseñarlo a obedecer, a callar y a aspirar únicamente al trabajo  enajenador de un sistema mundo  inhumano, pero que por supuesto esto no se tendría que decir, por el contario al joven se le tendría que hablar  de las bondades  que tiene el consumo, el confort , la libertad utilitarista y los placeres hedónicos; en estos referentes al joven se le permitiría gritar en las discos, en los estadios, frente a un televisor, en los carnavales, solo allí podría descargar sus energías; este concepto de juventud  estableció  espacios  para gritar, lugares para el   trabajo y todo lo que rompiera este esquema habría de ser descalificado.
Por fortuna  este proyecto  del espíritu viejo, del alma senil y el ente muerto no se cumplió del todo, gracias  a que el espíritu propio de la juventud se resistió y en distintas épocas  rompió los espacios determinados para gritar, levantó el puño  y para dicha nuestra,  los jóvenes de nuestro tiempo  por distintas partes del mundo   están tomando   con vigor y gallardía las riendas de la sociedad, esto ha de significar  profunda alegría  dado que lo que actualmente sucede  exhibe posibilidades  para un mundo mejor ; el conservadurismo reaccionario  niega la juventud, ha emprendido una campaña contra ella, pero es necesario recordarles a estos jorobados tiranos  que fue la juventud quien construyó Grecia y Roma, que es el joven espíritu de un pueblo lo que permitió el surgimiento de los estados germanos, para los mexicas eran los jóvenes  los que deberían ser educados en distintas disciplinas para que existiera la unidad,  en la cultura maya eran los encargados del tributo  y a su vez tenían la tarea de reflexionar y actualizar las técnicas medicas. Las infamias que se lanzan contra la juventud   tienen la intención de no reconstruir este mundo, se desea acabar con este ímpetu  porque de triunfar  se generaría   cambios totalmente revolucionarios y surgiría una nueva idea del mundo.
Se propaga erróneamente la idea   de que el joven es un ser manipulable, conducible  asemejándolo a un títere, este principio está asentado   en la intención  de advertir  que el joven es un sujeto que no piensa, sin voluntad, sin autodeterminación, sin vida, pero esto es todo lo contrario, es en nuestro tiempo en donde el joven está manifestando señales de máxima vitalidad y eso es éticamente bueno para el mundo.
Hay quien dice que los jóvenes estorban en las calles, yo digo que no; estorban los que están en las oficinas; los que entorpecen  realmente el paso son los que están sentados en los curules de los parlamentos del mundo. Los jóvenes en la calle   hablan de la apertura  y de la libertad de expresión, debe recordarse que las calles son para las personas, no para los autos  y si quieren ya no ver   gente en las calles   permítanles la entrada  a los puestos cruciales desde donde se rige al mundo, que se abra la prensa, que se liquide la censura  y que nazca  el dialogo frontal, directo y democrático, solo así y nada mas así  podrá probarse  el espíritu que muestra el joven.

Bienaventurados  aquellos  a los que nos ha tocado vivir esta historia , llenémonos de regocijo  porque tal parece   que en esta ocasión   el antiguo horizonte será desplazado  por los vientos huracanados de una nueva estirpe  que ha nacido  con frutos deliciosos, bienaventurados nosotros   porque los hemos visto  y los escuchamos, bienaventurados ustedes   porque  ya han hecho historia   y en el mañana su labor y sus pasos por las calles  serán recordados en cada instante y se vuelven a emancipar los jóvenes contra los espíritus viejos.

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