miércoles, 13 de noviembre de 2013

La relación de la cerámica con las festividades de Todos Santos en San Miguel Aguasuelos


Maribel Roque Sánchez

“Las implicaciones que tiene un objeto artesanal son muchas e interactúan entre sí, van desde el diseño hasta la situación (económica, social, tecnológica, etc.) en que se produce el mismo” (Turok, 1988:9).

San Miguel Aguasuelos es una comunidad alfarera cuya fama ha ido creciendo a lo largo y ancho del país. Sobre todo por la habilidad de las alfareras o alfareros ―que son una minoría― para modelar a mano la mayoría de sus piezas. Su singularidad en cuanto a la técnica con que son decoradas las hace incomparables con las de otras comunidades de la entidad, se les suele reconocer fácilmente por el tipo de bruñido1 , el pastillaje2 , el pintado o engobe3  y el alisado4 .  Así como por la característica del barro o arcilla (tierra rojiza) que se consigue entre el colinde de Aguasuelos con Tepetates y es conocida con el nombre de tintura.

            Su producción y comercialización está organizada por unidades domesticas, es decir, en su elaboración participan sólo los habitantes de una casa, ya sean la abuela, la madre, las hijas e hijos y el marido, cada uno tiene un rol distinto, por ejemplo el marido y los hijos son por lo general los encargados de ir por el barro y cernirlo, así como acarrear la leña para el horno, mientras que las mujeres una vez que este proceso está hecho, preparan la arcilla para empezar a crear las figuras, ya terminadas las sacan al sol para que se sequen o si el clima no es bueno para ello, prenden el brasero y en el comal las ponen a secar, a fuego lento o en este caso al calor producido por las brazas. Aunque la residencia suele ser patrilocal. También se trata de una actividad que ha pasado de generación a generación, casi siempre de madre a hija o abuela a nieta

            Pero también existe otro tipo de organización social conformado sólo por las alfareras. Se trata de su comité, que fue creado “[...] para la promoción y comercialización de la producción, así como en tramitar diferentes apoyos económicos para mejorar la creación de las piezas de barro” (Larios, 2003:15). A la presidenta en turno del comité le corresponde organizar o colaborar en la organización de los concursos de cerámica que se llevan dentro del pueblo cada año durante la fiesta patronal, es decir, cada 29 de septiembre. Según el antropólogo Marco Antonio Hernández Reyes de Culturas Populares dice que:

            “A lo largo de estos años los concursos de cerámica han servido para fomentar e intercambiar técnicas y las variantes de formas y diseños que formaban parte de ciertas familias para formar de lo que hoy es la cerámica de San Miguel Aguasuelos” (1985).
            Sabemos que en la interacción que han tenido estas alfareras con otras que no son de la comunidad, algunas veces propiciadas por la misma institución de Cultura Populares entre otras, se pierden y se ganan elementos, pero su originalidad y creatividad que han impregnado estas mujeres san migueleñas a su cerámica es único y data tiempos inmemorables, que sobre exalta su identidad. Actualmente en Aguasuelos se elaboran comúnmente vasijas cerradas, es decir, ollas, jarras, coladores, jarros, tinajas y piezas decorativas como muñecas, campanas, molcajetes para salsas, figuras de animalitos –por ejemplo, burros, tortugas, perros, cerditos, etc-, iglesias, candeleros, porta retratos, incensarios, canastas, etc.

            La información que se ha escrito sobre la comunidad alfarera de San Miguel Aguasuelos hasta el día de hoy, pone en evidencia la falta de más estudios que den cuenta del uso que se le da dentro del mismo pueblo a la cerámica. Especialmente durante sus principales festividades que son el 29 de septiembre en que se celebra al santo patrono del pueblo San Miguel Arcángel y las fiestas de Todos Santos. Que como bien dice Sofía: “La época de fiestas es esperada con gran regocijo. En ellas los ‘ahorros’ obtenidos por la cosecha y venta de la loza son ocupados para la preparación de las viandas, ricas y variadas, que serán servidas a los visitantes y vecinos, trátese de familiares, amigos o fuereños que gustan de las tradiciones populares” (Larios, 2003:15).

Todo Santos en San Miguel Aguasuelos

            La festividad inicia el 29 de octubre los habitantes de la comunidad ponen ese día su mesa cubierta con un mantel blanco decorado con papel picado y luego hacen un arco adornado de tepejilote, flor de muerto y canastas de papel picado. En la parte del fondo se ponen algunas imágines religiosas.

            El 30 de octubre a medio día comienzan a repicar las campanas de la iglesia que anuncian la llegada de los niños que habitan en el limbo, es decir, aquellos que murieron sin ser bautizados y como no tienen pecados sólo se les pone un vaso de agua y veladoras.

            El 31 de octubre a medio día vuelven a sonar las campanas de la iglesia para despedir a los niños del limbo y dar la bienvenida a los niños que si fueron bautizados. La ofrenda principal son las canastas de papel picado con dulces de jamoncillo, tamales de dulces, atole y fruta.

            El 1 de noviembre el día en que llegan los adultos, las campanas de la iglesia vuelven a repicar a la misma hora una y otra vez. La ofrenda de este día es más abundante y variada. Tratando de complacer a sus difuntos poniéndoles algunos de sus bocadillos favoritos en vida incluidos sus vicios, como el alcohol o aguardiente, los cigarros y la coca cola. El arroz, el mole y los únicos e inigualables tamales de tortilla, así como el manjar, el atole, el chocolate, los chocos y tamales de dulce, salsa y frijoles. Se hace mucho de todo pues es un día en que llegan muchas visitas a las casas.

            El 2 de noviembre por la tarde las ofrendas son recogidas del altar para el disfrute de los vivos, es decir, después de que sus muertos se han alimentado de la substancia de las cosas.

            Todo lo anterior me llevo a la siguiente pregunta:
 ¿Si la cerámica que se produce en la comunidad se utilizaba en el altar de muertos como ofrenda?
            Durante las visitas que realizamos a San Miguel durante poco más de un mes y las entrevistas realizadas, se descubrió que no todos en el pueblo utilizan la cerámica de allí en el altar y de las pocas personas que si la ponen, lo hacen como parte de la decoración, por lo cual, está adquiere un sentido de función contenedora, ya sea de los tamales y el chocolate más no como ofrenda. Mientras que la gran mayoría dijo comprar loza nueva de otras partes para la misma función.

            Y como Aguasuelos es muy famoso por sus campanas se les pregunto si además de las canastas, el tepejilote y la flor de cempasúchil también se le decoraba al arco del altar con campanas. La respuesta inmediata por todos fue no. Al preguntarles a las personas entrevistadas que no ponen nada de este tipo de cerámica en su altar: el ¿Por qué? Respondieron que porque no se les había ocurrido, aunque si podían utilizarla para poner allí los tamales en las charolitas y en los jarrones el chocolate o como parte de la decoración. Es decir, se trataría de la misma función que le dan las pocas familias que si lo hacen. Las respuestas obtenidas refutaron mi hipótesis de un sólo golpe.

                        Otro punto a resaltar es que de las pocas personas entrevistadas que dijeron poner cerámica en su altar, todas resultaron ser alfareras y aseguraron que ellas mismas fabrican las charolas para los tamales y su jarra para el chocolate. Debo aclarar que por las características del barro en la comunidad sólo se fabrican piezas con un fin decorativo, ya que no aguanta el contacto con el fuego directo.


Fotografía: Maribel Roque y Alicia Luján

Bibliografía

García Valencia, Enrique Hugo (1991). San Miguel Aguazuelos. Estrategias de residencia. México: Colección V Centenario y Gobierno de Veracruz.

Hernández Reyes, Marco Antonio (Coord.) (1985). Decimo concurso de cerámica tradicional San Miguel Aguasuelos, Municipio de Naolinco, Ver, Septiembre 29. México: Cultura-SEP.

Larios León, Sofía (2003). Catálogo: La cerámica de San Miguel Aguasuelos. México: Gobierno de Veracruz.


Turok, Martha (1988). Cómo acercarse a la Artesanía. México: editorial Plaza y Valdés.

1 comentario:

Unknown dijo...

Coincido, hace falta una invetigación profunda sobre la cerámica de Aguazuelos. Muy importantes datos en este texto. Saludos.