jueves, 9 de agosto de 2012

ADABI y su contribución a los archivos de Veracruz

Dra. Stella María González Cicero*
ADABI de México es una asociación civil de carácter altruista dedicada a coadyuvar con las instituciones públicas y privadas en la conservación y difusión de los acervos documentales. Fue creada el 9 de mayo de 2003, ante el gran reto que significó  la preservación de la memoria documental y bibliográfica del país.
Si México en algo es rico, es en su patrimonio documental y bibliográfico ya que, aún cuando nos hemos dado el lujo de descuidarlo, seguimos teniendo mil archivos cuyo rescate nos rebaza con creces.
Por otra parte, parece que ADABI siempre camina contra corriente o contra el tiempo que nos impone, a una velocidad sin precedente, cambios vertiginosos en muchos sentidos que son remarcables de una generación a otra. Sin embargo, y a pesar de que todo esto es cierto, seguimos con el empeño de dar marcha atrás hacia el pasado, nuestro pasado que nos ilumina, interroga y cuestiona un presente que es difícil de entender. Precisamente, si no nos cobijamos con nuestras raíces y entendemos nuestra evolución como pueblo y nación no tendremos una identidad que hable por nosotros.
En ADABI estamos convencidos que nuestra labor de apoyo en el rescate y preservación de nuestra memoria histórica es de suma importancia, y nos hemos volcado  por algunos años, sumando esfuerzos a esta empresa que empieza a dar frutos abundantes. Estamos constituidos por una presidencia, una dirección general, dos secretarías y cuatro coordinaciones.
Trabajamos mediante proyectos en los cuales se conceptualiza nuestra labor y se expresan sus objetivos y contenidos, se planifican las tareas en tiempos, se sacan los costos y se obtiene un fruto que debe ser publicable.
Nuestra Asociación apoya financieramente con donativos los proyectos que llenan los requisitos, que aceptan las condiciones de ADABI, y se comprometen a obtener en tiempo y forma los resultados descritos. El monto de nuestro apoyo no es total sino es compartido con la aportación que debe dar la institución que lo solicita y nuestro acompañamiento al proyecto puede ser muy cercano o no, en la medida que nos lo requieran.
Los proyectos demandan un diagnóstico que la asociación realiza. Estudia la viabilidad, montos, capacidad de respuesta económica y humana de la institución solicitante. Llenados los requisitos que dan confiabilidad y formalidad al proyecto- Bases y Convenio- se inicia éste, cuya durabilidad máxima es de 10 meses (febrero a noviembre), con la entrega del donativo en efectivo o en especie. El proyecto puede tener varias etapas con una durabilidad máxima de tres años. Se requieren informes bimestrales y al término del mismo un informe global, entrega de resultados existiendo el compromiso por parte de la asociación de ser  publicados.
Básicamente nos dedicamos a archivos históricos, municipales y parroquiales, así como a bibliotecas novohispanas. En estos se han privilegiados los rescates, desde limpiarlos y levantarlos del suelo hasta obtener su inventario. Hemos elaborado manuales y bibliografía de apoyo para estas tareas.
Nuestra labor en ADABI pretende ir más allá del rescate de montones de papeles para convertirlos en archivos ordenados, factibles de ser consultados.
Considera que ello representa una verdadera recuperación del pasado que ha diseñado, sin percibirlo, la manera de ser y comportarse de una población, que aun con los cambios naturales y generacionales con el correr de los años, la marca, señala y la identifica.
La vinculación de ADABI con Veracruz se inició con el Archivo Histórico Municipal de Orizaba “Jose Ma. Naredo” en el año 2006 y esta vinculación ha sido muy fructífera.
Consistió en asesorías para obtener la organización del archivo y el levantamiento del inventario del mismo que al término de los trabajos fue publicado en formato electrónico para su consulta. Archivo riquísimo no sólo por su cronología que cubre los años 1594- 1930 sino también por el conjunto de acervos que custodia.
Casi cuatro  siglos de historia que muy pocas ciudades conservan,  aún no siendo capitales de estado. Este archivo municipal entre los acervos que conserva tiene una biblioteca novohispana con libros que formaron parte de las bibliotecas de los conventos asentados en Orizaba y  su región siendo el libro más antiguo de 1536; una Hemeroteca con ejemplares desde 1859, una Fototeca, una Planoteca y un Museo. Este conjunto de repositorios históricos es poco común tenerlos reunidos en un archivo histórico municipal cuya posesión debe enorgullecer a las autoridades municipales  y enriquece aún más la herencia  cultural de los habitantes de esta ciudad y del estado.
El Archivo Histórico Municipal custodia también el fondo documental del Colegio Preparatorio que cubre el período 1821- 1985, y el del Registro Civil hasta 1899. La riqueza de estos fondos y su periodización extensa secular potencializa las posibilidades de estudios de larga duración así como el cruzamiento de información entre lo diversos fondos que se complementan o reafirman. Derivados de los trabajos en el archivo son los inventarios del Fondo incorporado Colegio Preparatorio de Orizaba, el catálogo de Fachadas de casas habitación de Orizaba 1873-1910.
Un subproducto como un instrumento de apoyo a  los estudios de la región es el  Diccionario Enciclopédico de la Región de Orizaba en su segunda edición, que como su autor indica es “una relación histórica que va desarrollándose en pequeñas fichas y en forma alfabética cuyo resultado logra el objetivo de informar la Historia de Orizaba y su región.
Otro producto fue el catálogo de la Biblioteca que corresponde a la sección novohispana cuyo trabajo duró casi cuatro años in situ y dos años más en su revisión y procesamiento para ser  consultado en una base de datos de 2,017 títulos. Puede consultarse en línea  entrando al Banco de datos en la página Web de ADABI. Los libros en volúmenes son 3,875 cuyo valor radica en su antigüedad, singularidad y procedencia ya que reúne obras que pertenecieron al Seminario de Propaganda Fide, Órdenes de San Francisco, Del Carmen y Oratorianos. En estas obras podemos encontrar el proceso de evangelización, catequización y educación que impartieron las órdenes religiosas que llegaron a Orizaba.   

Se ha continuado trabajando en el aspecto de la restauración de  libros valiosos y en un alto grado de deterioro pertenecientes a la colección conventual. Se ha logrado la restauración de 17 volúmenes.
Otra preocupación que tuvimos fueron las condiciones en las que se encontraban los techos de esta hermosa propiedad que alberga al archivo y cuyas condiciones de humedad creaban un microclima que afectaba las condiciones del soporte de papel de libros y documentos. Como un único caso  don Alfredo Harp Helú apoyó la restauración del techo en forma conjunta con el municipio aportando un 50% del costo de estos trabajos.
ADABI de México durante más de cinco años viene apoyando los trabajos antes descritos con resultados importantes al lograr la remodelación del inmueble, el resguardo de los documentos en cajas de archivo apropiadas, el inventario general de las colecciones más importantes que custodia el archivo como la publicación de estos instrumentos de consulta con una inversión de dos millones y medio.
Pero las acciones de ADABI, gracias a la confianza depositada en nuestra Asociación por el Ing. Dante Hernández trascendieron hacia el obispado lográndose un convenio para el rescate de las parroquias más antiguas  de la jurisdicción de la diócesis de Orizaba.
Este rescate fue sumamente valioso ya que se lograron organizar e inventariar catorce archivos parroquiales de los cuales 5 conservan documentos del siglo XVII, siendo el de San Francisco de Asís de Zongolica,  el que tiene los documentos más antiguos a partir de 1600 destacando sus libros de defunciones y de Cordilleras que van de 1718 a 1947 conteniendo las normas disciplinarias que debían regir la diócesis de Orizaba. No menos importantes son los documentos de San Miguel Arcángel de Orizaba cuyos libros de bautizos registran desde 1613 a 1952 bautizos de indios, negros, mulatos, chinos y mestizos y posteriormente a la población en general. En San Pedro Apóstol de Maltrata los libros de Cofradías (de 1670 a 1926) cubren tres siglos y nos hablan no sólo de las devociones sino también de la economía  parroquial.  Destacan también los libros de Cofradías de Santa Ana Atzacan siendo la de San Diego la de más larga duración 1719-1981 y en las que se pueden estudiar los momentos de auge económico como de carestía que tuvo la parroquia  y el de la parroquia de San Juan Bautista Aculzingo cuya documentación va de 1661 a 1966.    Del siglo XVIII se obtuvieron los inventarios de seis parroquias San Juan Bautista Nogales, Santo Santiago Tehuipango, San Pedro Apóstol Tequila, La Inmaculada Concepción Ixtaczoquitlán, Santiago Apóstol Tlilapan y San Francisco de Asís Necoxtla, todos ellos conservan sus documentos  por dos siglos aproximadamente destacando los registros de catolicidad: Bautizos y Defunciones que ilustran nos sólo aumentos o disminución de población por enfermedades que diezmaban la población en períodos cortos sino también el progreso y desarrollo de la fe sus devociones y economía por sus libros de Cofradías, sus tradiciones y su inserción en las nuevas creencias; sus libros de Gobierno y de Cordilleras nos hablan de la administración moral de las parroquias así como el camino que seguían las cartas del obispo señalando aspectos que debían cuidarse en el desarrollo de la pastoral. Señalamos lo más destacado  ya fuese por su importancia  como por la  cronología extensa de sus registros para investigaciones de largo aliento. Sin embargo hay suficiente tela de donde cortar para elaborar estudios de la región o de la propia parroquia. Dos más corresponden al siglo XIX, el de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, Ixhuatlancillo y Nuestra Señora de Guadalupe- la Concordia y una al siglo XX, la del Sagrado Corazón de Rio Blanco. Igualmente importantes con libros similares a los ya enunciados  que sobre todo la última reviste una singular importancia por el desarrollo de su industria Textil.
ADABI en alianza con el CIESAS representado por el Maestro Juan Manuel Pérez Zeballos y los alumnos de la ENAH vienen trabajando los archivos municipales y parroquiales de la Huasteca correspondiendo a la parte de Veracruz y al obispado de Tuxpan tres parroquias, dos del siglo XVIII Santiago Apóstol, Tamiahua y Santa María de Guadalupe, Tempoal y uno  del siglo XX San José de la Montaña, Naranjos Amatlán . En el primero sus documentos reflejan expresiones religiosas de los parroquianos en los libros de Gobierno, Inventarios y Asociaciones (1746-2006) En el segundo sobresale una Real Cédula protectora del culto de la Virgen de Guadalupe (1775-1981) y en el último son dignos de admirarse los carteles que anuncian las fiestas patronales que expresan en sus imágenes y colores la devoción religiosa popular.
Un archivo que se aparta del contexto parroquial o municipal y nos introduce en el ámbito educativo es el de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rebsamen, ubicado en Jalapa Veracruz. Incursionamos en él a solicitud de la DEGESPE de la SEP. Los documentos ilustran la corriente pedagógica de Rebsamen y la influencia de este método educativo en las escuelas del Estado, a través de los libros de Efemérides (1902-1943), de Estadísticas escolares de 1887 a 1930 y de los Reglamentos de la Normal de los años 1890- 1931. Un buen filón para quienes se dedican a la historia de la educación.
Otros archivos pertenecientes al estado de Veracruz han sido los municipales de Camerino Z. Mendoza con documentos de 1761 a 1990 y el Municipal de Huayacocotla  que cubre los años 1859-1982. Ambos cubren no sólo la acción del ayuntamiento sino también la de los juzgados y registro civil. Los documentos de origen judicial  que se encentran en los municipios resultan ser los de mayor volumen, el primero enunciado tiene el resguardo de 309 cajas archivadoras  de documentos.
En total se han logrado organizar e inventariar 18 archivos parroquiales, del obispado de Orizaba y de Tuxpan, dos municipales y uno educativo.
Hay que destacar el trabajo realizado en los archivos parroquiales de la joven Ivette López Madrid quien primero con el apoyo del Ing. Dante Hernández y después sola trabajó los 14 archivos históricos parroquiales del obispado de Orizaba así como la confianza y apoyo que nos brindó en ese entonces  el pbro. José Francisco Aguilera Medrano, vicario de la diócesis.
Nuestro reconocimiento a quienes han colaborado en este esfuerzo: autoridades civiles y eclesiásticas así como un buen equipo de trabajo del propio archivo histórico municipal de Orizaba y que gracias a ellos con la colaboración de ADABI ha dado muy buenos frutos que cumplen con el objetivo propuesto por nuestra Asociación  que no es otra que preservar nuestra memoria y difundirla.  Consideramos para el logro de estos consensos la suma de esfuerzos entre las partes: estado, iniciativa privada y sociedad en su conjunto.  En Orizaba se ha dado esta conjunción en el proyecto de la preservación de nuestra memoria histórica. Este esfuerzo debe ser permanente para consolidar lo logrado y obtener estudios bien documentos que nos ayuden a comprendernos mejor en el contexto tanto regional como nacional.
En ADABI estamos convencidos que nuestra labor de colaboración en el rescate y preservación de nuestra memoria histórica, es de suma importancia y nos hemos volcado por algunos años sumando esfuerzos a esta empresa que empieza a dar frutos abundantes en toda la república.
Muestra de ello son algunos estudios históricos investigados en los archivos recuperados, en Puebla: Acatlán de Osorio, Tecalli de Herrera, Calchicomula de Sesma y… Tlaxaca: San Agustín de Tlaxco, Hidalgo: Tepletlaxco entre otros más trabajados con los archivos parroquiales y municipales de estos lugares.
Como resultado de los proyectos de 2003 a 2010 la colección Inventarios ha publicado 413 inventarios. En este número están representados los 242 archivos eclesiásticos: parroquiales, conventuales y diocesanos, los 99 archivos civiles: municipales, de Juntas auxiliares, de Bienes comunales, Sindicales, De Escuelas Normales, 25 inventarios de colecciones privadas o particulares abiertas al público entre las que tenemos: fotográficas, de Haciendas, Industriales, Musicales, de personalidades destacadas etcétera. Se ha trabajado en casi todos los estados de la república predominando Puebla y Oaxaca. En estos rescates se han encontrado verdaderas perlas que son muestras representativas de otros muchos acervos ya desaparecidos o incompletos.
Sólo me referiré a unos cuantos por los que aquilatarán ustedes lo que todavía existe y podemos encontrar.
Entre los archivos municipales tenemos el de Libres, Puebla (1554- 1925). En él se puede estudiar todo el proceso de transformación de las instituciones indígenas  representado en los documentos elaborados por las autoridades nativas primero en su lengua autóctona y luego en español con la estructura y mentalidad indígena hasta su proceso final de asimilación de las instituciones españolas.
El archivo del presidio de Janos, Chihuahua,(1723-1901) único sobreviviente de los cinco o seis presidios que existieron en el norte de México  y completísimo que nos da testimonio de la vida cotidiana con lujo de detalles de esta avanzada de defensa militar.
El archivo de Salinas del Peñón Blanco, SLP, ilustra las diferentes etapas de la industria salinera, desde la etapa virreinal hasta mediados del siglo XX según los diferentes dueños que tuvo.
Muchos archivos parroquiales brindan la posibilidad de recrear la historia del pueblo donde están enclavados: Tlaxco, Tlaxcala es un buen ejemplo. Sus  libros de Cofradías nos hablan de la transformación económica que este pueblo tuvo por la riqueza que obtuvo esta institución prácticamente en manos de los naturales y de las autoridades del cabildo indígena.
Las colecciones particulares que denominamos como archivos son muy valiosos a partir de la trascendencia de la actividad profesional, artística, fotográfica, arqueológica etcétera, llevada a cabo por un determinado personaje. Así tenemos entre otros muchos el archivo incorporado al AGN del ingeniero Eduardo Chávez quien realizó un gran número de obras hidráulicas sobre todo en el norte del país dotando de agua a muchas poblaciones.
Archivos riquísimos son los archivos notariales o de protocolos, ya que dan fe pública y de registro de todas las acciones y transacciones que realizan los ciudadanos ante la sociedad y el estado; entre éstos, podemos citar el esfuerzo que se lleva a cabo en Oaxaca, cuenta ya con un inventario y varios catálogos parciales; se prepara la restauración de 261 libros y la digitalización total del acervo.
Otro es  el realizado por la maestra Bibriesca conjuntamente con sus alumnos durante 20 años en la Notaría no. 1 de la ciudad de Toluca. Es también loable el interés de las autoridades del estado de Tabasco por el esfuerzo económico que está realizando por consérvale archivo de Notarías a través de su restauración, al igual que  el estado de Chihuahua por el interés del centro INAH de ese estado y seguramente algunos otros esfuerzos que no  conocemos.
Los archivos o colecciones fotográficas han tenido en ADABI una buena representación, sobre todo los de destacados profesionales en este arte. Entre éstos el de Alvarez Bravo, Mariana Yampolsky, Armando Salas Portugal, Manuel Ramos, Rosa y Miguel Covarrubias, Gertrude Duby Blom, también, entre otros muchos más, que es imposible enumerar o hablar de ellos.
Otro trabajo realizado como rescate, uniendo esfuerzos de restauración y de digitalización ha sido el del rotativo El Demócrata periódico que se tenía por desaparecido, y su localización fue un verdadero hallazgo; cubre un período histórico relevante: fines de XIX y principios del XX. Lo importante de este diario es el enlace que tuvo una región de la península de Yucatán en situaciones difíciles y en una ciudad de relativa importancia en la que dudaríamos de la existencia de un periódico de ese nivel.
Son unos pocos ejemplos, pues no podemos detenernos en múltiples casos todos interesantes y valiosos para la memoria de México. Todos los inventarios pueden ser consultados en línea en la página web de ADABI
El rescate de un gran número de archivos (431) se ha logrado sumando esfuerzos con múltiples instituciones, y estas alianzas han sido muy enriquecedoras para todos, pues han intervenido maestros, investigadores, estudiantes de carreras humanísticas, profesionales de otras disciplinas como restauradores, fotógrafos, diseñadores etcétera.
Se ha trabajado con los Archivos Generales de los estados de Puebla, Campeche, Colima, Tlaxcala, Yucatán,  Quintana Roo y SLP
Con las Universidades autónomas de Chiapas, Durango, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Morelos, Estado de México , Aguascalientes y Nicolaita de Michoacán.
Con el Colegio de San Luis Potosí, con tres instancias del Ciesas: Guadalajara, Yucatán y México, con el Instituto Mora y con el Colegio de Vizcaínas, con cinco centros del INAH: Chihuahua, Puebla, Coordinación Nacional de Monumentos y Zonas arqueológicas con el ENCRYM y la BNAH
Con cinco institutos de la  UNAM: IISUE, Antropológicas. Estéticas,  MUAC, BN y HN y con el AGN.
Con los Institutos de Cultura de Yucatán, Estado de México, Tabasco, Chihuahua y Tamaulipas. Con el Instituto de Transparencia Gubernamental del estado de Campeche y finalmente con la Iglesia: institutos religiosos, conventos, párrocos y obispos. 
Este amplio panorama es una muestra de lo que se puede lograr, como dije antes sumando esfuerzos y haciendo alianzas productivas con todas las instituciones culturales e instituciones públicas del país, involucrando al estado, a las instituciones educativas y al sector empresarial.
Se ha obtenido con los rescates, conciencia del valor patrimonial de los documentos y su utilidad social  de donde se desprenden muchos subproductos que benefician múltiples aspectos que inciden en la economía, local y nacional: empleos directos e indirectos, suministros, transportes, rentas de locales etc.; en la cultura: escolares, estudiantes universitarios, profesionales y sociedad en general que disfruta de visitas guiadas, exposiciones, presentaciones de libros,  obras de teatro, conciertos, por enumerar algunos beneficios, cuyo origen está en los archivos.
No es poca la inversión realizada por ADABI, las Instituciones y los particulares. Llegamos en el 2011 a los 98 millones de pesos invertidos en 748 proyectos que se traduce en 488 instituciones apoyadas y en 551 publicaciones resultado de esos proyectos.
En estos 8 años, se han generado 1252 empleos algunos con mayor permanencia que otros.
Aunado a los rescates está la labor de conservación, restauración y encuadernación con la creación de cinco talleres, en la ciudad de México, Aguascalientes, Colima, Puebla, Quintana Roo y Oaxaca.
El beneficio directo a las instituciones de la localidad de su enclave, ha sido muy fructífero en la recuperación de material dañado así como en la formación de nuevos técnicos, en la investigación, publicaciones de manuales, cursos específicos y de especialización  y asesorías.
Si hiciéramos un análisis a fondo de estos números y de las bondades que ha generado el proyecto ADABI para México, tanto en los archivos como en las bibliotecas novohispanas, tendríamos sin duda, halagadoras certezas de un avance promisorio que unido a otros esfuerzos, sobre todo en el aspecto formativo van ampliando el conocimiento y poniendo bases más firmes en los archivos públicos de México.
Dos ejemplos son la Escuela Mexicana de Archivos que da cursos a  trabajadores del Estado y otros, abiertos a toda institución o personal interesado a través de una educación formal avalados por la SEP y la Universidad de Barcelona; sus directivos han estado promoviendo la apertura de la licenciatura en archivística en algunas universidades del país.
Otro ejemplo digno de alabarse por su desinterés, por su propuesta formativa y por ser un apoyo en el extranjero es el de la Universidad Internacional de Andalucía.  Han creado un master propio en Gestión documental y Administración de Archivos dirigido por la Dra. Antonia Heredia, para formar  profesionales  que en su mayoría provienen de América y ayuda enormemente a las Instituciones de este lado del  Atlántico a tener una perspectiva clara y una formación sólida, para hacer frente en la organización de los archivos iberoamericanos. ADABI se ha visto favorecido con dos estudiantes becarios que vienen realizando muy buen trabajo en Puebla y en Oaxaca principalmente.
También es nuestro deseo creer que estos esfuerzos conjuntos, han incidido también tanto en la conciencia de las autoridades, como de un público social más numeroso, lo cual no hemos logrado en el porcentaje que desearíamos,  ya que como consecuencia fluirían mejores presupuestos para la conservación de la memoria histórica y su difusión. Se constataría la presencia de personal calificado para trabajar estos acervos transformándose en verdaderos apoyos para las autoridades responsables en la toma de decisiones y siendo factores de un verdadero cambio institucional.
Como resultado se abrirían plazas mejor remuneradas para profesionales de los archivos y se darían amplias facilidades para la capacitación y o especialización. La transparencia y la democracia han venido a impulsar en algo  el desarrollo de los archivos, no así la comprensión de la importancia de la memoria administrativa.
La sociedad en general a pesar de recibir otros beneficios culturales a partir de los archivos, todavía no hace presión suficiente a favor de estas instituciones. Sin embargo hay avances reales. Los archivos y su desarrollo institucional no son los mismos que hace treinta o cuarenta años. Con  un poco más de tiempo lograremos  cambiar el panorama que actualmente está en plena transformación y que requiere de nosotros  compromiso, esfuerzos tesoneros y desinteresados.
Todos somos responsables ante este reto. No olvidemos que nuestra aportación por pequeña que sea puede transformar a México.

                            *Dra. Stella María González Cicero
                                     Investigadora histórica, fue                                                 Directora del AGN y de la Biblioteca                                          Nacional de México y actualmente                                             es Directora de la Asociación de                                        Apoyo a Archivos y  Bibliotecas de                                              México A. C.



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