miércoles, 27 de junio de 2012

La escuela actual

Por: Gilberto Nieto Aguilar
En el marco del 5º Congreso Nacional de Educación y del 3er Encuentro Nacional de Padres de Familia y Maestros convocados por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, del día 12 al 16 del presente mes en las cercanías de Tijuana B. C., quiero comentar una de las conferencias celebradas, ofrecida por el doctor en filosofía y alumno, en Ginebra, de Jean Piaget, el español Juan Delval Merino.
El tema fue la escuela contemporánea, una educación de calidad y la formación de ciudadanos conscientes y reflexivos, autónomos, como un camino hacia la búsqueda de la democracia con rostro humano. Para que esto opere, se deben combatir los grandes enemigos de la democracia: la ignorancia y la pobreza.
Se debe trasladar el protagonismo educativo del maestro hacia el alumno. La escuela debe formar personas autónomas y no subordinadas; personas que tomen sus propias decisiones y resuelvan problemas cotidianos de la vida considerando a los demás; que sean capaces de insertarse en forma productiva en la sociedad.
Los problemas de la escuela contemporánea se agrupan en tres ámbitos: la organización social de las escuelas; los contenidos, pero sobre todo, la manera de enseñarlos; y la vinculación de las escuelas con el entorno y la sociedad.  
La organización escolar surgió en regímenes totalitarios y elitistas, reproduciendo los esquemas sociales hasta la Edad Media, colocando al maestro en el centro de la actividad. En el siglo XVII surge la idea de enseñarles todo a todos y la escuela se extiende a la población en general.
Ahora el maestro tiene que ir cediendo parte de su autoridad para promover el trabajo cooperativo entre los alumnos. Los conflictos debe tratarlos entre los alumnos, como un asunto importante que ellos deben solucionar, sin caer en situaciones autoritarias, violentas, sino negociando la cesión de una parte de la postura que causó el problema. Que los alumnos analicen, reflexionen y juzguen buscando reparar el daño, sin caer en la intransigencia, poniéndose en los zapatos del otro, para que aprendan a convivir. Cuesta trabajo, pero así se obtienen mejores resultados.
Dicen algunas voces que hoy los alumnos no aprenden, que sus conocimientos son memorísticos y poco útiles en ambientes reales y que enseguida olvidan lo aprendido. Entonces hay que partir de las necesidades e intereses de los alumnos para llegar a los aprendizajes significativos. La ciencia tiene un origen práctico, surgido del impulso de resolver problemas, pero en las escuelas se plantean problemas resueltos. Hay que trabajar con proyectos que impliquen diferentes ciencias, criterios y puntos de vista.
El aprendizaje no debe confundirse con la acumulación memorística de datos. Lleva a mejores resultados buscar el para qué y el cómo de la ciencia y reflexionar procesos que le den un rumbo hacia la realidad, a todo aquello que se aprende en la escuela. El conocimiento debe servir para resolver problemas, para mejorar el estilo de vida y para encontrarle sentido a la existencia. La escuela no debe ser algo separado de la vida, ni el alumno tiene que alternar en dos mundos: el de la vida diaria y el de la escuela, diciendo lo que su profesor quiere escuchar y haciendo cosas “sin sentido” para aprobar un examen.
La formación social y moral se inicia en la familia, mediados por el afecto, el cariño y a veces el odio. La escuela es intermediaria para que aprendan los roles que habrán de jugar como adultos. Cada salón de clase debe ser un fiel reproductor de los problemas de afuera, de la vida.
En cuanto a las relaciones con el entorno, la escuela tiene muchos años de existir como un lugar cerrado. Cuando menos desde el siglo XVII. La escuela debe buscar que el conocimiento no sea únicamente para progresar dentro de la institución, sino en la vida, tal vez rescatando experiencias valiosas. Algunos trabajadores de la comunidad podrían ir a la escuela a contar sus experiencias de trabajo y la utilidad de los saberes para desenvolverse con mayor eficacia.  
gilnieto2011@hotmail.com

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