miércoles, 6 de junio de 2012

LA DIABETES, un verdadero reto de salud

Por: Benito Carmona Grajales
a.- Definición.
La palabra diabetes, según el diccionario de medicina, deriva del gr. diabainein, pasar a través. Enfermedad de la nutrición, caracterizada por la glucosuria, la polifagia y la polidipsia. La glucosuria se refiere a la orina que contiene  azúcar o glucosa. Polifagia significa ingestión considerable de alimentos debida a una sensación imperiosa de hambre. Por último, polidipsia, se refiere a la ingestión abundante de líquidos y se debe a una sensación imperiosa de beber y esta se da lo mismo de día que de noche.
            El médico Carlos Octavio Pardo Huerta, nos dice que “la diabetes melitus es un mal que impide la correcta utilización de los alimentos que se ingieren y se presenta por carencia parcial de la hormona llamada insulina”. La mayoría de investigadores manifiestan que el problema radica en que la insulina es rechazada al acompañar a la glucosa mientras piden pasar a integrarse a las células de los órganos del cuerpo. Otros investigadores manifiestan que este rechazo de sebe a problemas de metabolismo.     
b.- resistencia a la insulina
            El médico, Eugenio Aguilar Parada, en su libro, Cómo prevenir el infarto,  manifiesta que la resistencia a la insulina es consecuencia del sedentarismo. Esta consecuencia se convierte en causa; esto es, se forma una cadena peligrosa que hay que cortar desde su raíz. La falta de ejercicio da lugar a otras consecuencias que nos acercan a la muerte, como la aterosclerosis, la hipertensión, la obesidad y la misma diabetes.
            La insulina, que es producida por el páncreas, es la hormona encargada de transformar los hidratos de carbono en glucosa; además, la insulina viene siendo como un pasaporte que hace que las células de los tejidos del cuerpo -todos los órganos- reciban a la glucosa abriendo las puertas de sus membranas. Sin la insulina las células mueren de inanición.  La glucosa como alimento, no puede penetrar a los tejidos celulares porque las células no le abren las puertas de las membranas, en el caso de la diabetes melitus. A esto se llama resistencia a la insulina. Así, glucosa e insulina, no pasan a formar parte de los órganos y se quedan en la sangre. El exceso de glucosa en la sangre es la más contundente prueba de que existe la diabetes.
            ¿Por qué el ejercicio disminuye esa resistencia? El médico Aguilar Parada nos contesta: “El ejercicio aeróbico aumenta el aprovechamiento de la glucosa; los receptores de las personas activas tienen mayor sensibilidad a la hormona (la insulina); por consiguiente, ésta y la glucosa, se utilizan y no se acumulan. Existe un mecanismo maravilloso dentro de los tejidos para el aprovechamiento de los nutrientes que la sangre acarrea por las arterias; de ahí la importancia de evitar la resistencia a la insulina“. La causa molecular de la resistencia a la insulina es la inflamación y la causa de la hiperinsulinemia es, precisamente, la resistencia a la insulina.
            El error médico ha sido el querer sustituir las grasas animales por carbohidratos en las dietas del pueblo y, además, pensar que las grasas vegetales son inofensivas. Inclusive, hay médicos de cierto renombre que incluyen la margarina en sus recetarios. Recordemos que los aceites cuando se fríen pierden sus bondades y producen ácido araquídónico que, a la vez, facilita inflamación. Los más dañinos son los aceites hidrogenados y el peor es la margarina. El consumo de carbohidratos refinados también debe evitarse porque éstos se convierten en una glucosa que el hígado transforma en grasas de reserva que aumentan la obesidad y la inflamación. De las grasas, la más aconsejable es la contenida en el aceite de oliva extra virgen.
            Para contrarrestar el desequilibrio en el uso de ácidos grasos (origen de la inflamación), se recomienda consumir pescado, ya que contiene ácido eicosapentaenoico y ácido decosahexaenoico (omega 3). Así, al evitar la inflamación, se evita una de las causas de la resistencia a la insulina. 
c.-  La noticia de que se es diabético.
            Al recibir la noticia de que se es diabético, al paciente  se le alteran las emociones y, si se descuida, se hunde en la desdicha. Tal vez le venga a la mente lo que sabe por boca de sus amigos que la padecen o por los familiares que ha visto sufrir, tales como ver un hormiguero en el lugar donde orina el enfermo; recordar el color morado de la gangrena o la extirpación de algún miembro,   la ausencia de pulso y de calor, lividez en las extremidades, dolor en los glúteos, imaginar el desnudo de la pareja y no poder responder con el ímpetu de tiempo atrás, la impotencia con sus consecuencias en las parejas y  el deterioro de la personalidad, la inseguridad y la depresión.
d.- Diabetes mellitus.
            La diabetes de tipo 2 (mellitus) aparece cuando ya el paciente tiene antecedentes de resistencia a la insulina. El páncreas produce más insulina porque debe reducir  la glucosa en la sangre; pero las células beta terminan por agotarse descendiendo los niveles de producción. Entonces, la glucosa sube hasta niveles peligrosos, generando radicales libres. Estos producen un desequilibrio en la reproducción celular. Estos excesos también son neurotóxicos para el cerebro. Así, lo que comienza como una hiperinsulinemia, al disminuir la concentración de óxido nítrico,  termina con el desarrollo de la temible diabetes: Exceso de glucosa en la sangre por haber sido rechazada por las células de los tejidos u órganos.
e.- Algunas consecuencias.
            La diabetes y el sistema nervioso.- Puede aparecer la sensación de entumecimiento en algunas partes del cuerpo, sobre todo en los pies. La sensación de dolor puede ir en aumento. Hay un deterioro del funcionamiento y control muscular. Algunos órganos como la vejiga y los intestinos pueden ir perdiendo su control. El corazón también puede perder su ritmo; pero, lo más delicado, es la impresión de estar muy enfermo, actitud que toman algunos diabéticos, ya sea por el impacto de la noticia reciente o por no ver avances notorios después de seguir algún tratamiento.
            El enfermo, sienta lo que sienta y no importando el avance de este mal, debe saber que siempre hay algo qué hacer para recuperar la salud. Si se estresa, puede caer en un círculo vicioso. De la actitud que se tome, depende gran parte del avance hacia la recuperación. Hay quienes fueron enfermos diabéticos y ya no lo son ¿Cómo le hicieron? Es cuestión de investigar; pero sí hay solución.
            La diabetes y el sistema cardiovascular.- La diabetes puede dañar las arterias coronarias. Estos vasos le sirven al corazón para bombear la sangre a sí mismo. Como ya se ha expuesto anteriormente, la resistencia a la insulina produce también obesidad. Los excesos de grasa pueden formar placas de ateroma en las coronarias; si la inestabilidad de éstas facilita desprendimientos, los fragmentos pueden obstruir el paso de oxígeno provocando el infarto. También puede ocurrir que al producirse ese desprendimiento, las hormonas encargadas de activar el sistema inmunológico den una falsa alarma y se produzca una inflamación innecesaria. Toda inflamación en las arterias obstruye el paso de oxígeno, con las consecuencias ya conocidas. Este padecimiento vascular también puede darse en los brazos y piernas o en el cerebro. En éste último, las consecuencias pueden ser fatales. De los excesos de insulina y de glucosa que circulan en la sangre, por haber sido rechazados por las células (resistencia a la insulina), el hígado produce un colesterol más dañino que el que se consume directamente en los alimentos; éste, altera al sistema plaquetario, con las consecuencias ya mencionadas.
La diabetes y los riñones.- Los diabéticos tienen propensión a las infecciones de los riñones. También, recordemos que entre las complicaciones que se dan, está la hipertensión y ésta, tiene repercusiones renales. Con los excesos de glucosa aparece un signo de falla renal: los riñones desechan a través de la orina algunas sustancias necesarias como las proteínas y el potasio. Este desequilibrio ocasiona retención de líquidos que complica la función renal.
La diabetes y la vista.- La retinopatía diabética es una afección de los ojos provocadas por la diabetes. Los niveles elevados de glucosa pueden provocar hemorragias con formación de coágulos en los vasos sanguíneos que suministran nutrientes a las células de la retina. Esto hace que la luz no llegue, y si logra pasar, puede no ser nítida. La falta de nutrientes y oxígeno en las células de la retina puede provocar su muerte y la pérdida de la vista, si es que hay obstrucción en los vasos por donde deben conducirse. También, si los vasos se dañan, la inflamación llega a producir otros nuevos. La inflamación, terminada su labor, desaparece; pero, la huella de esa labor persiste, como si fuera cicatriz e impide la entrada de la luz. Por último, las lesiones nerviosas producidas por niveles elevados de glucosa, afectan los movimientos oculares.
f.- Posibles soluciones. El Dr. Robert C. Atkins, en su libro “Los vita nutrientes“, recomienda la vitamina A para ayudar la estabilización del azúcar en la sangre; sin embargo, manifiesta que lo más importante para controlar los azúcares es el control de los carbohidratos. Las  vitaminas B2, B3 y B6. ayudan a estabilizar el azúcar en la sangre, convierten la glucosa y las grasas en energía y levantan el metabolismo y luchan contra el daño ocular. La vitamina D disminuye la gravedad de varias complicaciones diabéticas. El cinc auxilia al páncreas en la elaboración de insulina y protege las partes de las membranas celulares que dan paso a la glucosa junto a la insulina. El manganeso interviene en el proceso de la glucosa. El cromo colabora en la estabilización de los azúcares. El vanadio controla la insulina y, en sinergia con los otros vita nutrientes, puede eliminar la necesidad del uso de fármacos.  También recomienda el consumo de omega 3, con vitamina E, para el equilibrio de las grasas. Por último, aconseja el consumo de la coenzima Q 10 por su capacidad en la conducción de la insulina, y el acido lipoico por su capacidad de controlar la degeneración dolorosa de los nervios de los brazos y las piernas.
            La herbolaria es una alternativa que, desde tiempos remotos, ha coadyuvado con la salud. La experiencia de una gran mayoría de naturópatas coincide con las siguientes plantas, como coadyuvantes en la recuperación de la salud respecto a la diabetes:
            La raíz de wereque ,   ayuda a reducir el exceso de azúcar en la sangre. Previene neuropatía, pie diabético, insuficiencia renal y  pérdida de la visión. La prodigiosa o zacate chichi estimula la producción de bilis ayudando al estómago a metabolizar los carbohidratos y las grasas; éstos, se convierten en energía, reduciendo así la concentración de glucosa en la sangre. Con efectos semejantes encontramos los nopales , el pau d´ arco o tronadora, el hormiguillo o guarumbo, el neem, entre otras plantas del conocimiento popular. Éstos productos han sido sometidos a pruebas en diversos países de Europa y en los Estados Unidos. En México, las instituciones del sector salud se rigen por la medicina alópata; la medicina natural sólo se estudia en experimentos de algunas universidades o por particulares. Afortunadamente, la tradición de nuestros ancestros es rica en herbolaria. Estas plantas se pueden conseguir frescas o secas para preparar infusiones o teses; pero también las hay en el mercado en diferentes presentaciones como tabletas, cápsulas, extractos, tinturas y grageas.
              Una orientación profesional recomendará dosis aproximadas a lo que el cuerpo necesita. Recuerda, lo primero a lo que debes acudir es a la calma, relájate; luego, busca a quien tú confíes para que se haga cargo de una parte de tu salud; porque tú debes hacer lo más importante: Decirte a ti mismo que puedes sanar. Mantén siempre esa seguridad y repítelo 20 o más veces como lo recomendaba Émile Coué: “Día tras día, desde cualquier punto de vista, me siento cada vez mejor” y únete a los miles y miles en el mundo que se han recuperado de sus dolencias siguiendo sus consejos desde el siglo antepasado hasta nuestros días, en Europa y  en América, principalmente. Haz algo, lo que sea, pero pon oídos sordos a los fatalistas; a los que dicen que tu mal es incurable. Sugestiónate de que sanarás y lo lograrás. Ya tienes las armas, lánzate a la más hermosa de las batallas. Saldrás triunfante.
benitocarmona52@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Saludos Benito, En Breve lo que aqui se ha manejado y baja el azúcar de manera rapida, es el Neem y la Claudiosa. El nopal sirve, dicen que el quelite, pero efectivo es la combinación de Neem y Claudiosa.

Saludos